Como hemos visto, los rituales suelen estar formados por dos variantes para que el mago entre en contacto con la entidad, evocación e invocación y, a menudo, ambas se sostienen a la vez.
Una es la pronunciación en voz alta y la otra son los signos o trazos grabados. La pronunciación debe ser correcta, sino se puede indicar otra cosa en vez de la deseada, algo que puede llegar a ser muy peligroso.
Por su parte la entidad requerirá muy probablemente que los grabados se realicen con tintas elaboradas tal y como ella requiera, importando más la exactitud y la precisión en la forma del trazo que las medidas en si mismas, así como el resto de herramientas que el mago precise para elaborar lo que necesite.