Siempre después de la purificación. Se puede hacer inmediatamente después aprovechando el ambiente ya creado. Puedes cambiar el incienso por uno más personal en números impares y la única luz debe seguir siendo la de la llama de una vela blanca.
Posiciónate mirando hacia el Norte otra vez y sobre el mismo lugar donde tenías dispuestas anteriormente las cartas, colócalas boca arriba en 3 filas, en vez de 11 como en la purificación. Estas tres filas hacen referencia a los tres caminos del ser: espíritu, alma y cuerpo. En la primera fila dispondrás 28 cartas, en la segunda 28 también y en la tercera 22, con la carta de El Loco entre estas últimas.
Sitúa tus manos a unos tres o cuatro centímetros de distancia sobre las cartas, con las palmas hacia abajo y los pulgares separados por escasos milímetros.
Con los ojos cerrados respira y espira profundamente varias veces durante al menos tres minutos pero en esta ocasión debes visualizar el color violeta. Seguidamente y en voz baja pronuncia estas palabras:
«En sintonía con el Universo, a las fuerzas del bien, a los espíritus de la luz y al amor universal yo os consagro estas cartas (pronunciando uno por uno el nombre de cada carta)… que desde este momento estarán en sintonía con mi ser y preparadas para vibrar a cada pregunta mía, porque están dirigidas solamente hacia la búsqueda del bien y de lo espiritual. Así sea».
Después de esto, recoger las cartas con la mano izquierda y envolverlas junto con una foto tuya en un paño negro, de seda o tejido no sintético y no tocarlas en 7 días.
Textos, imágenes e ilustraciones extraídos de Manual de Tarot ©, escrito por Gloria Jerez. Reservados todos los derechos. El contenido no podrá ser reproducido, ni total ni parcialmente, sin el permiso previo del titular de los derechos de la propiedad intelectual.