Vamos a prepararla como lo hacían nuestras abuelas, no te preocupes por medidas ni cantidades.
Llena un frasquito de Tomillo seco y después vierte en él orujo hasta llegar al borde del envase. Si es de tapa hermética, mejor. Ciérralo y no lo abras entre 1 mes o 45 días. Guárdalo en un sitio oscuro y a ser posible agítalo diariamente. Pasado este tiempo tienes que filtrarlo y guardar el líquido en un frasco con gotero.
La dosis a tomar, en teoría, es entre 30 o 40 gotas al día. Pero al ser tan puro y concentrado con 25 gotas por la mañana, disueltas en agua, es suficiente. Para los niños entre 5 y 12 años se recomienda dar la mitad de la dosis para adultos, es decir, unas 12 gotas. Para niños menores de 5 años la dosis equivaldría a la toma de una gota por cada año de edad del niño.
El Tomillo es uno de los mayores expectorantes naturales que la Naturaleza, en su inmensa sabiduría, nos regala. Prueba a realizarlo, no te arrepentirás.
Con la tintura de Equinácea se procede exactamente igual que con la de Tomillo. Lo único que varia es la aplicación de las dosis, que se limitará a una sola vez al día preferentemente por la mañana, sin exceder un máximo de 7 días seguidos. Conviene hacer períodos de descanso de 1 a 2 semanas para volver a consumirla pues la Equinácea es tóxica por acumulación en el organismo.