Ejercicio 1
Enfoca tus pensamientos en la «pantalla» de tu mente, o como yo explico a quien me pregunta, céntrate en el fondo de la oscuridad que ves al cerrar los ojos. Imagina que esta cambia de color, a blanco o azul, de forma que todo lo que se encuentre en tu visión interna sea de color azul o blanco. No pasa nada si aparece otro color, el propósito es imaginar un color. Una vez que lo hayas conseguido, cambia la pantalla a otro color. Continua cambiando los colores hasta que seas capaz de visualizar cualquiera que te propongas, rojo, naranja, amarillo, azul, índigo o añil, morado, etc. Aunque no lo creas, este puede ser un ejercicio fácil y, así como puedes visualizar todos los colores, puedes intentarlo visualizando otras cosas, pero primero practica con los colores. Apunta tus experiencias en tu cuaderno mágico.
Ejercicio 2
Relájate y enfoca tu atención en la pantalla de tu mente. Observa si puedes visualizar la pantalla en blanco. Imagina un cuadrado y cámbialo de color varias veces. Continua con este ejercicio imaginando un triangulo, un círculo y un rectángulo. Cambia los colores de la pantalla una y otra vez. Después cambie el color de las figuras. Juega con esto durante un tiempo. Apunta tus experiencias en tu cuaderno mágico.