Los inciensos, resinas y sahumerios se utilizan para crear un ambiente propicio al hacer magia y estimular la conciencia ritual o, mejor explicado, conseguir el estado de ánimo adecuado para despertar y dirigir nuestra energía personal. También para alcanzar la comunicación con otros planos, favoreciendo así que nuestras peticiones y ruegos sean oídos y seamos ayudados por entidades de esos otros planos. Cualquier ritual de purificación o de otro tipo, independientemente del lugar donde se efectúa y de la persona que lo realiza, por lo general, se debe realizar con el acompañamiento de inciensos y resinas.
El Incienso Puro proviene del árbol etíope llamado Olíbano (Boswalia Certeri), del que se extrae una goma resinosa. Los buenos inciensos actuales son mezclas de Olíbano con diversas resinas, gomas, aceites y esencias vegetales, hojas, flores, raíces cortezas, maderas, consagrados todos ellos para el uso mágico tradicional. Su uso habitual es quemados sobre carbón vegetal, en gránulos, en varillas, en conos u otras presentaciones. De perfume dulce y penetrante, incluso acre en algunas ocasiones.
Los sahumerios son mezclas de plantas preparadas y ritualizadas para propósitos concretos. Se diferencian de los polvos porque el sahumerio está preparado con la planta troceada y no en polvo, ademas de incluir en su composición inciensos o resinas. La forma de utilizarlo es quemándolo sobre un carboncillo. El humo resultante de su combustión se utiliza para sahumar lugares, objetos o personas.
Presentación de los Inciensos y Resinas:
1- Polvo.
2- Grano.
3- Lágrima: un poco más grande que el formato granulado.
4- Masiva: varillas, conos o bloques.
5- Líquido resinoso.
Las presentaciones secas, polvo, grano y lágrimas, se utilizan quemándolas sobre carbón vegetal. La presentación masiva símplemente hay que prenderla con una cerilla y esperar a que la incandescencia disminuya y comience a humear y la líquida resinosa se quema con velas, ungiendo estas con el líquido.