La Magia práctica consiste en la expresión de unas reglas específicas, que deberán ser cumplidas de forma precisa, las cuales determinan y desencadenan la consecución de unos acontecimientos concretos, con objeto de conseguir un fin determinado.
Esta se divide en dos tipos, cada uno de ellos se funda bajo los principios de semejanza y contacto:
Magia imitativa: Lo semejante produce lo semejante. Esto se refiere a que los efectos provocados a algo o a alguien se parecerán a las causas que lo provocaron, y esto abarca desde quién usa o quién práctica la magia, hasta con qué fines.
Magia contaminante: Hace referencia a que las cosas que una vez estuvieron en contacto se actúan o influyen recíprocamente a distancia, uniéndolas por siempre un lazo después de haber sido separadas, principio en el que se basa la homeopatía. De este principio parte la necesidad de las limpiezas energéticas y corte de lazos a nivel energético, sobre todo tras relaciones tóxicas. Tener intimidad sexual con alguien implica, se dice, que permaneceremos contaminados al menos durante siete años, a nivel energético, de la energía y las memorias de la otra persona, con todo lo que eso implica desde un punto nada positivo para nosotros.
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