De los atributos funcionales asignados a la magia, el más antiguo y característico, y con el que todos la relacionamos, es con el arquetipo de la adivinación.
Cabe aclarar aquí que la facultad de la adivinación o predicción, anunciar por revelación o don sobrenatural, ciencia o conjetura algo que ha de suceder, no tiene nada que ver con la profecía, don sobrenatural también, que consiste en conocer por inspiración divina (inspirada por Dios) acontecimientos distantes o futuros y situada mayormente en el ámbito de la fe. Remitámonos a los diversos profetas de muchas de las religiones conocidas. También hay que mencionar los conocidos efectos de las profecías autocumplidas, predicciones que, una vez hechas, son en sí mismas la causa de que se hagan realidad. Una afirmación respecto al futuro, en forma de profecía, desencadena una serie de sucesos o acontecimientos que terminan ocasionando lo que se había predicho.
Como ya te expliqué anteriormente, cuando el objetivo de un hechizo es adivinar el futuro se denomina sortilegio. Por lo tanto, en la práctica adivinatoria del futuro mediante ciertas artes mágicas, y dentro del concepto de sortilegio, estarían incluidas todas las mancias adivinatorias.
La videncia, clarividencia o adivinación es la habilidad de quienes afirman poder predecir hechos venideros por sí mismos o mediante el uso de sortilegios. El hecho de que sea recompensada o remunerada económicamente o de cualquier otra forma lo dejo a elección de cada uno, cada cual tiene sus creencias y yo no entro en debates. Si te dedicas a ello por afición es una cosa, pero si lo empleas como oficio ya implica otra cuestión diferente. Tú decides. A nadie le gusta trabajar gratis y por mucho don que traigas, el aprendizaje, el desgaste energético que conlleva y tu propio tiempo entregado a otros es algo que se debe valorar. Todos tenemos un valor, todos debemos darnos un valor y todos debemos valorar a los demás, sobre todo por el tiempo y la ayuda que nos brindan. Evidentemente de los charlatanes y estafadores no hablo, no merece la pena malgastar energía en ello.
Desde tiempos remotos se conciben dos formas de adivinación:
– No natural e inductiva: Considerada como un arte, por lo tanto requiere de unos estudios y una formación.
– Natural, deductiva e intuitiva: Con el don o la inspiración, antiguamente se consideraba que el adivino era poseído por un genio, entidad o demonio, el cual le sumía en un trance (o manía, palabra de la cual deriva mántica (mantike, mancias, adivinación o mantike techne (del griego antiguo: μαντικὴ τέχνή/mantikê tékhnê), conjunto de prácticas, mancias o artes adivinatorias del porvenir).