Las fases lunares y los ciclos femeninos

La luna llena es la fase del ciclo lunar con más fuerza y magnetismo, la que tiene más influencia sobre la Tierra, el agua, las personas y, sobre todo, sobre nosotras las mujeres. La Luna representa el principio femenino, la fertilidad y multiplicidad. El mayor ejemplo de esto es nuestro ciclo menstrual, fuertemente asociado a las fases lunares, trece lunas, una cada veintiocho días. En cada uno de estos ciclos las mujeres pasamos por cuatro procesos o fases diferentes, con las correspondientes efectos que ellos conllevan en nuestro cuerpo, nuestras emociones y nuestra espiritualidad.
Hay cuatro tipos de mujeres y sus correspondientes formas de manifestar sus ciclos, las que siguen o manifiestan el llamado «ciclo lunar blanco», la energía fértil femenina y la de la luna llena coinciden, las que lo hacen siguiendo el «ciclo lunar rojo» y otras que experimentan una mezcla de ambos, cambiando o alternando sus patrones en invierno y en verano, y por lo tanto en otoño y primavera también. 

Ciclo lunar blanco o Luna blanca:
– Luna nueva/Menstruación.
– Luna creciente/Preovulación.
– Luna llena/Ovulación.
– Luna menguante/Premenstruación.
El ciclo de la Luna Blanca se centra en la expresión de las energías femeninas en la procreación y creación en el mundo material. Representa el ciclo correcto, perfecto y adecuado en referencia a la salud femenina.

Luna nueva: No es visible la Luna.

Fase 1 del ciclo, ligada a la luna nueva: 
– Desprendimiento. La Mujer Sabia o Bruja, el invierno, el descanso antes del renacimiento. Es el inicio del ciclo. 
– Le corresponde el color morado. 
– Comprende desde el día 1 al 7 del ciclo femenino, la semana de la menstruación.
Desde el día 1 al 7 del ciclo las habilidades femeninas predominantes son las siguientes, enfócate en estos cuatro puntos:
– Reflexión.
– Desapego.
– Introspección.
– Intuición.
A la misma vez otórgate el placer de disfrutar de estos otros cuatro puntos:
– Baja el ritmo, para reconectar contigo misma.
– Déjate llevar, para llegar al centro de las cosas y tener nuevas ideas.
– Nútrete en todos los aspectos, no solo el alimentario, para recargar pilas y sentirte satisfecha.
– Descansa, para renovarte y acumular energía suficiente para la próximas etapas.
En algunas culturas, durante la fase de la menstruación, las mujeres se aíslan socialmente para reunirse y compartir esta fase con otras mujeres que atraviesan el mismo momento del ciclo. Es un tiempo dedicado a ellas mismas, que se vive y disfruta como momento de descanso y recogimiento necesario, no como se vive actualmente en nuestra cultura, o mejor dicho como nos han hecho ver y creer que esta es la fase más estúpida, molesta y antisocial que nos provoca mes tras mes nuestro cuerpo femenino, ese que no hay quien entienda y que tiene la fea costumbre de molestarnos con la llegada de la menstruación cuando menos falta hace. Un cuerpo al que hay que dopar con químicos de diseño exclusivamente femeninos para seguir tirando sin reducir el ritmo y rendir exactamente lo mismo que en cualquier otra fase del mes, cuando realmente lo que nuestro organismo está pidiendo, a gritos en algunas mujeres, es descanso y paz.
Esta es una fase de introspección íntima y sagrada que te invita a conocerte, que te ofrece una «necesidad» de transformarte y percibir cada mes qué tienes que cambiar, a la misma vez que te prepara a nivel interno para el cambio que llega con la próxima fase del ciclo. Es el período perfecto para la meditación, reprogramación y desarrollo de nuevos patrones de pensamiento.

Cuarto creciente: Se visualiza parte de la superficie lunar. Sus «cuernos» se encuentran orientados hacia la izquierda en el hemisferio norte y hacia la derecha en el hemisferio sur.
Fase 2 del ciclo, ligada a la luna creciente: 
– Limpieza y renacimiento. La Mujer Activa o la fase virginal, la primavera, la renovación antes de pasar a la acción. 
– Le corresponde el color blanco. 
– Comprende desde el día 8 al 14 del ciclo femenino, la semana de la preovulación.
Desde el día 8 al 13 del ciclo las habilidades femeninas predominantes son las siguientes, enfócate en estos siete puntos:
– Seguridad en ti misma.
– Independencia.
– Sociabilidad.
– Dinamismo.
– Concentración.
– Planificación.
– Firmeza.
Y a la misma vez otórgate el placer de disfrutar de estos otros cuatro puntos:
– Dispones de energía renovada, para entrar en acción.
– Dispones de mayor sociabilidad, para manifestar tus ideas.
– Te encuentras en el punto álgido de tu capacidad de concentración, para memorizar por ejemplo.
– Tu ambición y capacidad de lógica es máxima en este momento, para poner en marcha la consecución de tus metas.

Esta es una fase de planificación y estructuración de nuevos proyectos, los que deberíamos haber descubierto en nuestra fase anterior. Es el período perfecto para creer firmemente en nuestro diálogo interno y centrarnos en los pequeños detalles, esos en los que no somos capaces de centrarnos en otros momentos.

Luna llena: En esta fase se ve desde la Tierra toda la Luna iluminada.
Fase 3 del ciclo, ligada a la luna llena: 
– Fertilidad. La Mujer Guardiana o fase de la Madre, el verano, el momento de la acción. 
– Le corresponde el color rojo.
– Comprende desde el día 15 al 21 del ciclo femenino, la semana de la ovulación.
Centrándonos en la fase de luna llena, esta es una fase que nos pone cara a cara con nuestras creencias sobre la prosperidad y el poder personal, por lo que es el mejor momento del ciclo para reflexionar sobre nuestro poder y los propósitos de nuestras vidas, si no lo has hecho ya en la fase anterior de cuarto creciente. Realmente la luna llena es el momento de tomar las riendas y llevar acabo esos propósitos, cuando la intensidad de nuestros sentimientos, nuestra inspiración, intuición y creatividad son mayores. Estamos aquí para brillar y desplegar toda nuestra energía, y la fase de luna llena es el momento de compartirla con el mundo. Es la fase en la que nuestra energía y la de la Tierra son más potentes, dándonos la oportunidad de canalizar nuestros propósitos.

Cuarto menguante: Se visualiza parte de la superficie lunar. Sus «cuernos» se encuentran orientados hacia la derecha en el hemisferio norte y hacia la izquierda en el hemisferio sur.
Fase 4 del ciclo, ligada a la luna menguante: 
– Oscuridad. La Mujer Hechicera, el otoño, la búsqueda del camino que nos lleve nuevamente a casa, a nuestro Yo interior, nuestro centro, la preparación antes del descanso. 
– Le corresponde el color negro o colores muy oscuros.
– Comprende desde el día 22 al 28 del ciclo femenino, la semana de la premenstruación.

Ciclo lunar rojo o Luna roja
– Luna nueva/Ovulación.
– Luna creciente/Premenstruación.
– Luna llena/Menstruación.
– Luna menguante/Preovulación.
El ciclo de la Luna Roja se centra en el desarrollo interior de la mujer y la manifestación del mismo, y no hacia la expresión de las energías femeninas en la procreación y el mundo material. Por lo tanto, sin querer entrar en temas sociales ni del patriarcado masculino, ni en lo que éste acepte o haya aceptado como válido y correcto a lo largo de los siglos, las religiones y la Historia, si tu cuerpo se expresa y manifiesta en base al ciclo lunar rojo o Luna roja quiere decir que presentas un desfase con la luna llena y, por lo tanto, tu cuerpo te está indicando que hay algún desequilibrio, bien sea físico o emocional.

Por lo tanto, si ovulas en luna llena y menstrúas en luna nueva (Luna blanca) se supone que todo está bien a nivel físico y emocional. De forma contraria, si ovulas en luna nueva y menstrúas en luna llena (Luna roja), tu cuerpo te está avisando de algo, quizás tengas demasiados altibajos emocionales o mucho estrés. Pero si alguna de estas dos fases físicas coinciden con luna creciente o menguante tu cuerpo te está diciendo claramente que hay desequilibrios importantes en tu cuerpo, provocados principalmente por tu campo emocional y que si no logras equilibrarlo tarde o temprano desembocarán en otros problemas de salud.
Con esto vengo a decirte que, a pesar de que hoy en día esta sincronización con la Luna parezca casi improbable pues nuestros ciclos se han desconectado de los ritmos biológicos, y que esto sea solo posible para las mujeres que vivan sin luz artificial, o que limiten el uso de ella o usen estrategias para seguir los ritmos lunares a través de cambios de luz en sus casas y habitaciones, si que puede lograrse. Si sangras en luna llena, tienes Luna roja y tampoco debes obsesionarte con que tu cuerpo está mal. Si sangras en luna menguante tienes Luna blanca, eso se ve reflejado sobre todo en tu temperamento, en tu vida social, en tus comportamientos y actividades. Hacerlo en las otras lunas es como un desorden que habla de otro gran desorden energético. Sí es cierto que ovular en luna nueva es mucho más poderoso a nivel energías, se centra en el desarrollo interior y no tanto en el exterior, y que ovular en luna llena implica un ciclo más tranquilo, menos emocional y sería el ideal. 
Tanto si eres Luna roja o blanca, o una mezcla de ambas, o no eres ni Luna blanca ni roja, indaga y analiza cómo estás espiritualmente, pregúntate a ti misma porqué estás desfasada con el calendario lunar, emprende tu propia búsqueda del equilibrio, tienes que tener paz y buscar tu luz interna para lograr la sincronización. Revisa tu historial del ciclo y te darás cuenta de que en los peores momentos de tu vida no estabas en sincronía con la Luna y que cuando te sentías bien contigo misma conectaste con exactitud a Luna blanca o roja. Si aún no lo estás haciendo te recomiendo que empieces a tomar nota haciendo seguimiento de tus ciclos en relación a fechas y fases lunares. Te vas a dar cuenta de muchas cosas que antes pasabas por alto.

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